lunes, 14 de marzo de 2011

Buenos dias, Supernintendo Chalmers!

La secundaria. Hermoso momento de la adolescencia, llega a su fin. Para mí, eso fue hace tres años. Pero hay cosas que no cambian. Les pasaban tanto a quienes egresaron hace treinta años como a los que egresen en el futuro, si es que llegamos, porque con tanto tsunami creo que lo del 2012 viene en serio. Pero hoy no vengo a hablarles del Apocalipsis ni del día en el que todos terminemos fritos como panqueques. Vengo a hablar de lo que significa egresar de la secundaria. Para algunos, es el fin del maldito tormento de levantarse todas las putas mañanas a cagarse de frío en un aula escuchando a un tipo hablar de logaritmos o de Cristóbal Colon. Pero para algunos, especialmente las mujeres (yo soy una pero estoy fuera de la estadística), es un momento muy emotivo. A veces DEMASIADO emotivo. ¿Por qué demasiado? Porque desde el primer día del glorioso ultimo año, empiezan a lamentarse. Ya toda la semana previa a ese día escriben en cada puta red social frasecitas como “lunes, ultimo primer día de clases (carita triste)” o “(carita triste, carita triste) Los voy a extrañar mucho (carita)”. A ver, ¿a quien vas a extrañar? ¡¡Si todavía cursas este año!! Y después, que, ¿te vas, a Irak, que los vas a extrañar tanto? La mayoría se la pasan todo el ultimo año abrazando a gente con la que jamás, en años, cruzo palabra, pero bueno, es el ultimo año y “se van a extrañar”. Esta amistad incondicional dura mas o menos hasta dos meses después de terminadas las clases, que circo por dios. Es probable que pasado ese lapso se crucen por la calle y ni se saluden. Pero mientras el año lectivo dura, todo es “¿me firmas la carpeta?”, “¿me escribirías en la remera?”, “¿nos sacamos una foto?” No, no te voy a firmar una mierda, no me rompas los huevos pelotuda, me caíste para el culo durante cinco putos años de mi puta vida, ¿Qué te hace pensar en tu hueca mente que este año me vas a caer bien? ¿Para que carajo querés una foto conmigo en el cuaderno?  Anda a cagar.
Durante el año siempre se arman charlas melancólicas, confesiones del tipo “me caías mal al principio pero me doy cuenta de que sos una re mina y te quiero mucho y bla, bla, bla…” falta que de fondo se escuche “porque un amigo es una luz…” vomitivo, realmente.
Después están los demás cursos. ¿Que importa que no te hayan hablado en toda la secundaria? Ahora todos te abrazan y te van a extrañar. Los más chicos, que recién te conocen, te miran como un héroe y hasta te escriben cartitas. Por el amor de Chuck Norris. Conforme van pasando los meses, las cosas se ponen más y más melosas. Lloran a moco tendido, tanto las preadolescentes de séptimo como las que están egresando. Lo de las más chicas es comprensible, son chicas y ven en las más grandes un modelo a seguir. Pero… a los 18 años, edad legal para ir a la guerra, llorar cada vez que le recuerdan que se acerca diciembre, es preocupante. Parece que en vez de terminar la escuela, están saliendo de la casa de Gran Hermano. Falta Jorge Rial y los otros gansos haciendo el análisis y ya están.
¿Y la campera de egresados? La mía, en una bolsa, en el cajón de la ropa que no uso. Creo que la use tres veces. No abriga una mierda y me queda grande. Es mas, creo que a nadie le gustaba.
Las discusiones PRE-campera de egresados deberían tener una entrada propia en Wikipedia. Son verdaderas batallas campales en clase, en las que las minas defienden con uñas y dientes su creencia de que “quedaría bárbara rosa y violeta a rayas”, los chabones sostienen que “no se van a poner una campera de trolo”, un par dicen que “hagan lo que quieran, para que discutir si total se va a hacer lo que estas pelotudas fanáticas de Hello Kitty quieran al final, como siempre” y, nunca falta el renegado del “yo no me la voy a hacer, así que chupenme esta, y déjense de gritar, caterva de forros”. Termina saliendo un huevo, y cuando las traen se descubre con horror que ni se parece al dibujo que le dieron al que las hacía. Pero ya están hechas, así que cúrtanse.
Algo parecido pasa con la fiesta de egresados. No se si en todas las escuelas pasa, pero en la mía, la organiza el curso un año menor al que egresa. Esto ocasiona una relación extraña entre los cursos, al principio de incertidumbre (“¿estarán organizando algo ya?”); después la ansiedad (“Estuve chusmeando, no tienen nada todavía y falta un mes, ¿que hacemos, empezamos a organizar por nuestra cuenta?”). En esta etapa pueden producirse peleas, principalmente femeninas. Nah, que principalmente. Únicamente femeninas. Y por ultimo (redoble, por favor) la fiesta en cuestión. Ahí, son todos amigos, se aman y se van a extrañar (de nuevo).
¡Pero no solo los que organizan la fiesta tienen trabajo! No, señor. También es trabajo de los egresados estar presentables para la ocasión. Mucho traje, zapatos, vestido y revoque grueso cobertor de acné. Bailar el vals, decir unas palabras, entrar con música, cortar la torta… es como un cumpleaños de 15 pero en vez de una pelotuda llorando, hay 20.
Así que, Damas y Caballeros, esta fue mi pequeña reflexión acerca de esta tribu, los egresados, y sus extrañas tradiciones. Menos mal que solo les dura un año. Y que no tengo pelotas, si no, ya estarían flotando en el tsunami. Gracias por su tiempo. ¡Púdrete Flanders!

5 comentarios:

  1. Simplemente genial, por acá tenemos nuestras propias y cursis tradiciones también. He recordado muchas cosas que tenía por olvidadas (o engavetadas en la memoria) después de todo han pasado casi 10 años desde aquellos "te voy a extrañar, no sabia que eras tan buen tipo".

    Me despido, recuerda... la vida es un fracaso tras otro hasta que empiezas a desear que Flanders se muera.

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  2. Jjajjajajjaj!!! Simplemente notable... por mis tierras pasa exactamente lo mismo, créme que leyendo tu posteo, no pude evitar remontarme a aquella vil y empalagosa época en la que salí (por fin!!!) del colegio. Y pensaba (y mantengo postura) que todo eso era una soberana CACA, jajjajajjajaj!!!!!

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  3. jaja que recuerdos, tanta estupidez... mi campera de egresado era de un material tan malo que se encogió en el primer lavado y solo pudo usarla mi perro :)

    Saludos.

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  4. "y, nunca falta el renegado del “yo no me la voy a hacer, así que chupenme esta, y déjense de gritar, caterva de forros”."

    JAJA ese era yo , loco , coincido en todo la concha de la lora , eso que fui a un industrial y eramos todos pibes , por favor , un poco de virilidad muchachos , al viaje de egresados tampoco fui gastar 3 lucas 3 meses de sueldo de mi vieja para que ? si todavia no termine debo una materia JA

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  5. La verdad, me encanta tu blog. Es muy original, el mio son puros sentimentalismos jaja. Pero ya te estoy siguiendo. Grosa total!

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